A comienzos de Diciembre fue el cumpleaños de mi sobrina y como su tía es la Seta Cocinera...que menos que regalarle la tarta de cumpleaños. Dicho y hecho. Lo primero, encontrar un molde lo suficientemente grande para tropecientos niños.
La tarta era un bizococho de chocolate, con la receta de bizcocho de yogur del apartado de "masas", pero con yogur natural, 100 gr de chocolate con leche y 25 gr de chocolate de fundir. Estaba relleno de nata montada (unos 750 gr) y recubierto de chocolate de fundir (unos 225 gr). Finalmente, cuando el chocolate estuvo seco, le pegué el papel de azúcar y decoré con nata natural y coloreada (es mejor colorear la nata antes de montarla para evitar que se corte).
El papel de azúcar es un acierto cuando quieres hacer una tarta más sabrosa que las de fondant y a la vez que quede lucida. Digo lo de sabrosa debido a que el fondant requiere cierta consistencia que puede provocar que las tartas no sean tan ricas o sean algo secas, aunque como todo, es cuestión de gustos.
La aplicación del papel de azúcar es muy sencilla. Hay que intentar imprimirlo lo más tarde posible para que no se seque mucho y se puede colocar sobre cualquier superficie con no demasiada humedad, con las manos bien secas y con cuidado. Es totalmente opaco, por lo que aunque se coloque sobre chocolate (como es mi caso) el color de la fotografía se verá intacto.
Y como la tarta era muy grande hubo que improvisar un embalaje con una bandeja y papel celofán al no encontrar caja alguna en la que entrase...y tan grande que fue la tarta...¡que sobró un montón! Pero como somos de Bilbao...mejor así.
¡Besitos cumpleañeros de la Seta Cocinera!
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