¿¡¿¡Pero cuanto tiempo hace que no escribo?!?! Soy la peor bloggera de la historia. Pero tengo una buena escusa,...¡ya soy doctora! He estado con la tesis doctoral a tope y no he encontrado tiempo para subir una entrada. Pero si he cocinado, eh? No os creáis que no, ya veréis.
Para el cumple de mi novio, lo típico era hacerle una tarta del Atheltic, pero como ya hice el escudo quise innovar un poco y como le encantan las tortugas...¡pues le hice una tortuga!
El bizcocho es masa de muffins...¡increíble! y la decoración es fondant modelado y pintado con colorantes con la técnica que os expliqué en la entrada: Galletas Pintadas: Día de la Madre I.
Para hacer las patas y la cabeza es simplemente modelar con paciencia y sin prisa, eso si, unas estecas vienen de maravilla, sin ellas, no quiero ni pensar lo difícil que puede ser.
El molde del caparazón lo hice de una forma curiosa, pero útil: forré con film el caparazón de una tortuga de cerámica y luego lo empapelé con papel de aluminio, con varias capas para que tuviese fuerza para soportar la masa, y voilà, lo desmontas con cuidado, quitas el film y ya tienes un molde casero.
Eso si, use fondant sin CMC, por lo que la cabeza de la tortu no está tiesa, pero si se quiere una cabeza erguida se consigue mezclando el fondant con CMC o usando directamente pasta de azúcar para que la masa sea más consistente.
Besitos tortugueros de la Seta Cocinera.
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